Seleccionar página
Ronda Speed Tasting

Ronda Speed Tasting

 “El lugar donde has sido feliz no deberías tratar de volver”. Cuando Joaquín Sabina nos canta este verso en “Peces de Ciudad”, podemos creer que siente como algo negativo regresar a ese lugar con el que todos nos identificamos y sentimos como nuestro. Y allí es donde siempre uno regresa para encontrarse. Pero a Sabina le da miedo ese reencuentro porque no regresa el mismo que se ha marchado ni los lugares son los mismos con el paso del tiempo; por lo que en cada momento hay que volver a enamorarse uno del otro y, como en toda relación, existe siempre la duda entre la admiración y el desengaño. Y eso es lo que hago cuando regreso a Ronda, vuelvo ilusionada de reencontrarme de nuevo con mi lugar “amado”.


 
En este último viaje a Ronda, lo dice desde otro punto de vista, no cómo enóloga que trabajó ahí años ni como amiga que va a ver a sus amigos, sino como influencer invitada al encuentro “Ronda Vino a Vino”.Se me hizo  un poco extraño estar al otro lado del sector, no tenía que hablar sobre el vino como enóloga que elabora el vino, sino como bloguera de todos maravillosos vinos de paisaje de Ronda. Fue un encuentro con amigos y con antiguos compañeros de trabajo, algo emotivo y bonito al fin y al cabo. También, un momento para conocer los proyectos nuevos.

Fotografía de Hosanna Peña de Arrúe: De izquierda a derecha: Yolanda Hidalgo y Hossana Peña
 
La primera cata a la que asistí tenía el nombre de “Cata Speed Tasting Catorce Bodegas Catorce Bodegueros y Enólogos”. Con este título la cosa prometía bastante, sobre todo porque la empresa encargada de organizar el evento “Akatavino”, proponía hacer logo diferente y divertido y esto de entrada me atraía bastante. En esta ocasión estábamos sólo doce influencers y bloggers, estando divididos  en dos salas cada una con seis comunicadores entre los que me encontraba. Cada bodega presentaba un vino por su enólogo en tan sólo cinco minutos. Una cata con un ritmo trepidante de la que os dejo este video que resume lo que fue la experiencia “RondaSpeedTasting. 
  
 
 
 
Y ahora os presento a los protagonistas de este encuentro. El primer vino fue de la Antigua Real Fábrica de Hojalata, un blanco Moscatel Morisco del 2015 de terreno pedregoso y franco-arenoso. Siendo la segunda añada que elaboran en la bodega y quedando aún matices por perfilar en el vino. Continuamos con la Bodega lunares con su rosado de merlot y garnacha que lo definieron como “rosado poco al uso”, refiriéndose al estilo de vino diferente al actual de moda de color claro de piel de cebolla. La bodega Samsara presentó su vino tinto Moriche 2016, un vino fácil de beber que se elabora por uva de diferentes parcelas de Ronda. El cuarto vino fue de Cortijo Los Aguilares. Su tinto Pago El Espino 2014 fue presentado por el responsable del viñedo de forma cercana desde su origen hasta a la botella. Jugosidad, fruta y frescura un vino que aún recuerdo.

 Seguimos con otro tinto de nombre Perezoso 2014 de Bodegas Gonzalo Beltrán, el único vino cien por cien syrah de toda la Serranía de Ronda y que nace de una hectárea de viña a los pies del Tajo. ¡Me encanto! A continuación, Bodega La Melonera con su tinto Payoya Negra 2014 de variedad garnacha  con toques de syrah. Un vino para disfrutar largo y tendido con él. Bodega Joaquín Fernández nos habló de su tinto “Los frutales Garnacha”, saltando después a Bodegas Descalzos Viejos con un tinto elabora de la parcela más arenosa de la finca dándole con elegancia.  


 
Bodegas Conrad presentó a Soleón 2011 un vino amable de las variedades merlot, cabernet y petit verdot. Y Bodegas Kieninger con su vino de la variedad  centro Europea con el nombre blufraenkisch. ¡Curioso nombre! Seguimos con un cien por cien petit verdot del 2008 de Bodegas Vetas. Una variedad bien adaptada en Ronda. Bodegas excelencia presentó su vino Los Frontones 2009 de estilo más clásico y de buena acidez

 
Y el último tinto fue  Acinipo 2007 de Bodegas F.Schatz de la variedad Lemberger, un vino super elegante con matices balsámicos y fresco en boca. Para terminar, que mejor que hacerlo con un blanco naturalmente dulce de moscatel Alejandría de Bodegas Cezar.

Como podéis ver una cata muy interesante y entretenida que siguió con una excelente comida de la cocina Rondeña en la Maestranza con platos como rabo de toro.
 
De nuevo Ronda nos vuelve a conquistar.
En el siguiente podt continuaremos con Ronda Vino a Vino.

 
Nos vemos  también en : 

Gracias por estar al otro lado!

 Yolanda Hidalgo

 
Más información sobre el mundo el vino en  Ydalgo Asesoría Enológica
 
PDT: Cuéntame en los comentarios ese vino que te enamoró por sus sabor, aromas, que recomendarías siempre. Estoy deseando conocerlo!!
 



Salón de Gourmets

Salón de Gourmets

Como todo en esta vida, en la variedad está el gusto y para gustos sabores.  En estos años nos hemos acostumbrados a ver la palabra “Gourmet” en muchos establecimientos y productos. ¿Qué significa esto realmente? Antes aparecía esporádicamente y causando admiración en selectos clubes gastronómicos o acompañando a las múltiples estrellas de determinados restaurantes. Ahora esta palabra se ha convertido en una presencia necesaria en todo lo que se precie de calidad, de selección e innovación.
 

 

Indagando sobre su misterioso pasado, decir “Gourmet” era hablar de cultura asociada a la buena comida y al buen beber. Sus orígenes son del francés “Gourmand”, que viene a significar (Amor refinado y sin control por la comida), a la que se le añadió “met”  (Plato de comida). Una perfecta asociación de palabras para designar a aquellos platos finos unidos a un estilo de vida de lujo. Y en estos ambientes no puede faltar como invitado, el vino. Pronto entró en las cocinas de ingredientes extraños, de mezclas exóticas, una cocida dirigida a los paladares más exigentes.
 
Un lugar en el que podemos encontrar variados ingredientes, desde los más sencillos y naturales a algunos más elaborados e innovadores, es sin duda el llamado “El Salón Gourmet “, situado  en Madrid. Una feria donde siempre se descubren productos nuevos, de “delicatesen” y, donde se mezclan trabajo, placer, amigos… etc. Este año ha estado representada por diez pabellones con 40.000 productos en 1600 expositores y unos 85.000 visitantes. Imagináos lo maratoniana de las jornadas, pues es imposible asistir a todas, aunque vayas con una agenda muy programada de visitas para no perderse lo mejor. En un salón así los minutos pasan volando probando y viendo cocina en directo. Aun así tuve el placer de catar y probar sabores muy interesantes, que os comento a continuación. 
  
Lo primero que hice fue visitar el pabellón, destinado a Extremadura. Estaba lleno de gente, degustando y conociendo esta zona que siempre nos asombra y admira. Estaban presentes todos sus mejores productos: quesos, jamón, frutos secos, pimentón, especias, aceite, vinos, bombones de higo y algunas cosas más. 
 
Enseguida caímos en la tentación de productos tan exquisitos y deliciosos como las almendras recubiertas de chocolate de Bioterra, que volaban de la mesa de lo ricas que estaban, los bombones de higo recubiertos de chocolate y otros productos la Higuera.  Acompañándolos el ese maravilloso olor a humo del pimiento de la Vera, que te arrastra sin evitarlo a otros aromas y sabores de nuestra tradición.
 
 
 
 
Después, algo fresco, suave y con mucha fruta. Y a pocos metros el maridaje perfecto, el nuevo Rosado Tiara. Con un color rosa frambuesa pálido muy bonito y una nariz de fruta de hueso como melocotón. No siendo totalmente seco al paladar. 
 
De aquí pasamos a los muchos stand de aceites de las diferentes zonas de Extremadura de arbequina, pical y mezclas que hacen que en su conjunto el aceite este equilibrado en picar y afrutado de hoja de tomatera, hoja de oliva, entre otros. Después de estar picando entre dulces y salados de bombones de higo a los quesos y el aceite; nos paramos en la zona de vinos para  degustar este divino manjar de dioses.
 
 
 
La siguiente bodega fue Toribio con una gran selección de vinos desde lo Mu, los viña puebla, pasando por pi, hasta llegar a Madre del agua y Essenzia, terminado con la presentación de su vermut.
 
 
 
Seguimos por el sur de Extremadura con la Bodega Carlos Plazacon sus vinos todo fruta y de buenos tiempo de barricas.  Empezamos con el blanco de macabeo 2016 con una explosión de fruta blanca a pera y flores de margaritas. Y los tintos como “Llave Roja 2016” y Carlos Plaza Selección 2014 elegancia y fruta a la vez.
 
 
Cerca se encontraba la Bodega Habla y por fin, se hizo mi sueño realidad: catar el rosado “Rita”. Muy bueno, con muchísima flores y notas herbáceas, elaborado con las variedades garnacha gris y syrah. También, espectaculares los número 14 syrah y 15 cabernet.
 
  
Seguimos por el norte de Extremadura en la zona de Cañamero catando una maravilla de Syrah 2014, de muy poco producción. Y para terminar la bodega Carabal. 
 
 
No sólo estaba Extremadura en el Salón de Gourmets. Toda la feria estaba llena de muchas actividades y campeonatos como de Abridores de Ostras, de Tapas para Gourmets, de sumiller. Hay que dejarse llevar y disfrutar de todas estas divinas tentaciones.
 

Cuéntame en los comentarios ese vino que te enamoró por sus sabor, aromas, que recomendarías siempre. Estoy deseando conocerlo!!

Gracias por estar al otro lado!

 Yolanda Hidalgo

La Emerita Augusta de Isabel Mijares

La Emerita Augusta de Isabel Mijares

 
Foto de Ángel Briz. De Izquierda a Derecha: Yolanda Hidalgo, Isabel Mijares y Yolanda Piñeiro

 

La primavera invade las calles de la Emerita Agusta, se siente el olor fresco del azahar en la plaza España y todo acompañado del sol y de la buena temperatura, animan a salir a pasear. Bajando la calle se llega al puente romano, donde al atardecer se ven los pájaros regresar  para descansar en los árboles de la Isla. Parece como si estuvieran cubiertos de nieve por la cantidad de pájaros que duermen ahí.  Siempre se respira calma paseando por el puente, mirando las murallas del Alcazaba. Todo rodeado del verde de la isla que acompaña al río Guadiana en su paso por Mérida.  Es hermosa  y pequeña  mi ciudad pero con tanta historia en sus calles que han visto pasar a romanos, árabes y visigodos. Algo mágico debe tener este lugar cuando ha sido elegido por tan diferentes culturas.
 
 
 
 
Aquí nació también María Isabel Mijares, una de las mejores enólogas del mundo, profesión a la que ha dedicado toda su vida.  Su  curriculum es sorprendente y admirable. Licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Madrid y en Enología en Francia realizando un Master por la Universidad de Burdeos, además de diplomarse en Análisis Sensorial de Vinos y Alimentos. Fue en el país galo donde cultivó su pasión por este mundo del vino, siendo discípula de dos eminencias como Emile Peynaud y Jean Ribearu. Además, de los numerosos premios y reconocimientos, es Académica de Número de la Real Academia Española de Gastronomía, Medalla de Oro de la Federación Española de Enólogos, Vicepresidenta honoraria de la Asociación Española de Sumilleres y miembro de la Asociación Española de Científicos. Y este año pasado fue Embajadora de Mérida, Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica 2016. Un ejemplo a seguir de trabajo, dedicación y pasión, que le ha llevado a ser conocida como “La mujer del vino”. 
 
 
 
 
Isabel es una mujer que enamora con su encanto y alegría, con ese brillo de niña traviesa que siempre hay en sus ojos unido a su gran personalidad e inteligencia, que con sus 75 primaveras sigue aún en activo, llevando por todos los continentes del mundo a su querida Extremadura y a su ciudad. Y como “nunca es tarde si la dicha es buena”,  este año ha sido nombrada hija predilecta de Mérida,  ciudad que la vio nacer, crecer y a la que siempre ha estado unida vinculando también a ella a su marido Ives, siempre discreto a su lado, a su hija y a sus nietos.
 
 
 
 
 
Fue un acto inolvidable con las palabras del alcalde Antonio Rodríguez Osuna  y de Pedro Blas Vadillo, delegado de turismo, que seguido de las de Isabel Mijares, llenaron la sala del Centro Cultural Alcazaba de familia y amigos que vinieron de diferentes sitios de España para acompañarla en un día tan importante como el de ayer. El momento más emotivo, sus palabras de despedida.
 
“Quiero esta Mérida grande, rica e histórica la cual me recibe como Hija que me he sentido siempre. Como dijo Tácito “Donde termina el vino termina la cultura” por eso brindo por Mérida con una copa de vino imaginaría de vinos de España, de Extremadura y del Mundo. Brindo por Mérida por su presente y su futuro, por sus luces y sus sombras con el amor y respeto de una hija predilecta.
 
 
Muchas felicidades Isabel.
 
 
Y  vosotros gracias por estar aquí. 
Postre para la última cena de Jesús

Postre para la última cena de Jesús

 
 
 
 
La primavera nos invade con la alegría del sol y el olor de azahar de las calles llenas de naranjos. Y viene acompañada de unos días especiales que forman la Semana santa en la que volvemos a disfrutar en familia de nuestras tradiciones; que como siempre, las saboreamos o endulzamos con los platos típicos de cada zona. Ricos potajes, el sabroso bacalao y el dulce y delicado olor de las natillas y de las torrijas: canela, leche y toques refrescantes de limón. Y como buen maridaje, todos los vinos extremeños que ensalzan y armonizan lo sagrado de estas celebraciones. Y si fusionamos en “sagrado matrimonio” la potencia de un vino y la dulzura de un delicado sabor, tenemos una torrija de vino. Asistamos a esta curiosa unión.
 
Lo primero que hay que hacer es colocar los ingredientes encima de la mesa, para ver de un vistazo si tenemos todo lo necesario. Primero, realicé la siguiente receta de internet:
 
 
 
 
500 ml de vino tinto.
3 huevos
Media taza de azúcar
Media taza de canela
La cascara de un limón
2 palos de canela en rama

Pan especial para torrijas

 
 
El día anterior fui a comprar el pan encontrando diferentes tipos, una en forma de barra de pan especial para estos dulces y otros como pan de molde corta ya en rebanadas. Compré las dos tipos diferentes de pan para saber cómo sería si las hacía con estos que te ofrecen así, ya que cuando hago las torrijas con leche utilizo el pan normal de casa, eso sí, de pueblo que tiene un diámetro de unos 15 centímetros y tarda mucho tiempo en ponerse duro. 
 
En las recetas especificaba que el grosor de las rebanadas tenía que ser de 2-3 centímetros. El tamaño del pan de molde me pareció demasiado grande para una porción, por eso, opté por cortarlo en cuatro trozos, genial para probarla sin tampoco excederse en estos días de semana santa con las natillas, pestillos, rosquillas y demás dulces.
 
 
 
 
 
El siguiente paso fue poner a cocer el vino con la cáscara de limón, la canela en rama y medía taza de azúcar. Explosión de aroma de canela mezclado con el limón y el vino tinto que hay que dejar unos 15 minutos cociendo. Después de colar y dejarlo enfriar en la nevera.

 

Y ahora viene lo bueno. Mezclar el pan con el vino, como dicen dice la “Biblia”, el cuerpo y la sangre de Jesús en contacto. Para hacerlo más cómodo, colocamos las rebanadas en una fuente un poco onda para poder echar encima el vino aromatizado con canela y cáscara de limón. El rojo sangre empapa lentamente el pan, convirtiéndose en uno sólo.
 


 

Llegado este momento, batimos los tres  huevos en un bol y ponemos a calentar  una sartén con abundante aceite de oliva.  Es mejor que sea de tamaño grande, para poder poner más o menos cuatro rebanadas pequeñas a la vez.
 



Mientras se va calentando el aceite, vamos pasando o sumergiendo las rebanadas en el bol de huevo batido, con mucho cuidado al darles la vuelta para que no se rompan.
 
 
 
 

 Ya queda menos para tener las torrijas listas para comerlas. Ahora tenemos que freírlas a fuego fuerte en la sartén e ir colocándolas en una bandeja con papel de cocina absorbente para quitar el exceso de aceite. Se fríen por ambos lados hasta dejarlas doraditas. 
 
 
 
 
 

Y por último, cogemos un bol donde pondremos el azúcar mezclándolo con canela para pasar después las torrijas y así  bañarlas con esta dulce y exótica mezcla.  
 
 
 
Y ya tenemos las torrijas de vino tinto. Un sagrado sabor divino.
 
 
 
Y  vosotros gracias por estar aquí. 

Pdt: me gustaría que me comentarais vuestras experiencias con la receta.

Aquí os dejo el enlace del podcast de Canal Extremadura Radio donde hablamos de la receta: «TORRIJAS DE VINO»

Yolanda Hidalgo

 
 



Más información sobre el mundo el vino en  Ydalgo Asesoría Enológica
 
Asesoría enológica en Extremadura, Andalucía, Castilla La-Mancha, Castilla y León…
Dulce Ambrosía

Dulce Ambrosía

 

 

Jugosas y apetecibles las gominolas del vino Nadir. Las caté como si se tratará de un vino para así disfrutar más de ellas. Primero la fase visual. Las de rosado de color rosa pálido, son más compactas al apretarlas entre los dedos. Se resisten a deformase, sin embargo, las de tintos de color rubí, casi se deshacen en las yemas. Y todas bañadas en brillantes cristales de azúcar blanca. ¡Delicioso! Irresistibles el probarlas, pero antes hay que tener paciencia, esperar  a lo que nos dice el olfato. Las de vino rosado apenas huelen a fruta al igual que las de tinto.
 
Ya podemos pasar a la fase gustativa y elijo a las rosas y al masticarlas,  se siente cortar con los dientes una lámina fina, que se saborea lentamente deshaciéndose en la boca. Enseguida los recuerdos de arándanos,  de la fruta roja y ese dulzor que se queda en la punta de la lengua. Las de tinto se deshacen al mismo tiempo que se notan más granitos de azúcar, quedando un delicioso sabor a caramelos.
 

 

Quise profundizar más en el tema de las gominolas de vino, pensando que serían una buena idea como postre. Sería como “comerse un chupito al final de la comida”. Me puse a buscar la receta en internet encontrando varias. Comparé los ingredientes que tenían todos hasta que al final conseguir unirlos y optar por estos que eran los que más se repetían.
 
 
 
 
 Aquí tenéis la receta.
 
Ingredientes:
-150 ml de vino.
-5 hojas de gelatina.
-240 gramos de azúcar.
 
-Aceite de oliva para untar el molde.
 
Fue toda una “experiencia deliciosa” el intentar elaborarlas. Días antes compré en el supermercado la gelatina, y os comento que me fue imposible encontrar las hojas de gelatina, teniendo que compras unas cajas de gelatina neutra en polvo. En las recetas no especifican el tipo de gelatina y cuando fui a comprarla, me encontré un motón de sabores diferentes de limón, naranja, fresa, entre otros. Elegí la neutra para que así el sabor fuera sólo del vino. En la receta ponía 5 hojas para 150 ml y en el sobre ponía la equivalencia de: 1 sobre igual a 6 hojas de gelatina. Al final terminé usando todo el sobre para cada elaboración que aquí tenéis. 
 
 
 
  •  1-Primero coloque todos los ingredientes encima de la mesa. Aunque tenía un resumen de las recetas de internet, quise experimentar un poco antes,  haciéndolas como ponía en las instrucciones del sobre de la gelatina. Cantidades: 500ml de vino, un sobre, dos tazas de azúcar. El momento ebullición fue todo un espectáculo de aromas. Me recordó a los vinos calientes alemanes con su desprendimiento de fruta rojo mezclado con la evaporación del alcohol. Lo dejé dos horas en el frigorífico para que con el frío pasará de estado líquido a sólido. 

 

 
 
 
 
Con ilusión, fe y entusiasmada esperé hasta el final, pero nada, el resultado era un flan de vino.
 
 
 
 
 
 
 
  •      2Volvía a intentarlo de nuevo, esta vez con las proporciones de la receta. Cantidades: 150 ml de vino, 1 taza de azúcar y un sobre de gelatina neutra.Eché en un bol unos 50 ml de vino junto con todo el contenido del sobre y el resto del vino, es decir, 100 ml más la taza de azúcar lo puse en un cazo a calentar hasta que estuviera en ebullición. Este momento fue estupendo, el vino y el azúcar al calentarse me recordaba a los algodones de azúcar de feria. 
 
 
 

 

 
 Desde el principio, me pareció más gominola que el primer ensayo, pero suprimí un elemento muy importante a la hora de desmoldarla. ¡El aceite! Y la presencia del aceite es super importante. Creí que no iba a ser necesario y lo obvié, pero hacía falta. No imaginaba que fuera tan difícil sacar la gelatina de un molde. 
 
 
 
 
 
 
  •     3- Pero como dicen ¡A la tercera va la vencida! Está vez modifiqué las cantidades de vino de la receta para hacerlo más consistente. En vez de 150 ml  utilice 100 ml de vino, además compré unos moldes de cubitos de hielo con forma de estrella para hacer las gominolas más pequeñas. Cantidades: 100 ml de vino tinto, una taza de azúcar, un sobre de gelatina que equivale a 6 hojas y un poco de aceite de oliva para el molde.
 
 

 

 
Esta vez puse aceite de oliva en el molde quitando el exceso poniéndolo boca abajo. Lo dejé enfriar en la nevera y ¡Voilá! ¡Gominolas de vino tinto! ¡Estrellas de azúcar!
 
El molde es de hacer cubitos de hielo pero sirve como molde para estos postres deliciosos y originales. La forma sale perfecta con esas cantidades y poniendo aceite. Las puse sobre un papel de cocina para que absorbiera el posible resto de aceite. 
 
 
 
 
 
  •      4– Ahora. ¡A por las gominolas de vino blanco! utilizando un vino de Cayetana ecológico con Aloe vera. Teniendo estas un sabor muy potente a fruta tropical.


 

 
 
 
¡Prueba conseguida! Un dulce cielo de vino blanco y tinto. 
 
 
 
Lo último sería el azúcar, al principio pensaba que se echaba por estética pero no, tiene su función. Si no se bañan en azúcar, las gominolas se pegan a los dedos. Ahora, quedaría decidir qué tipo de azúcar utilizar: si normal o azúcar glas. 
 
 
 
Decidí poner azúcar glas por la textura y el aspecto de bombón glase. 
 
 
 
 
Ingredientes finales:
-100 ml de vino.
-un sobre de gelatina neutra (equivale a 6 hojas).
-una taza de azúcar.
-aceite de oliva.
 
-azúcar glas. 
 
 
 
Ahora te toca ti hacerlas como postre para sorprender a tus amigos. 
 
Y a vosotros gracias por estar aquí.
Besos

PDT: Me gustaría que me comentarais vuestras experiencias con un mensaje. 

Aquí os dejo el enlace del podcast de Canal Extremadura Radio donde hablamos de la receta: «GOMINOLAS DE VINO»
 
Yolanda Hidalgo
 

Más información sobre el mundo el vino en  Ydalgo Asesoría Enológica

Asesoría enológica en Extremadura, Andalucía, Castilla La-Mancha, Castilla y León…